jueves, 22 de octubre de 2015


III. LAS FACETAS DEL GÉNERO DRAMÁTICO
    
El Género Dramático es aquel que representa algún episodio o conflicto de la vida de los seres humanos por medio del diálogo de los personajes. Algunos exponentes universales de este género son Shakespeare, Lope de Vega, Alejandro Casonas y Federico García Lorca. Presentaremos a continuación dos obras teatrales contemporáneas en donde los actores son niños.

Obra de teatro: La Manta
Inspirado en un cuento del mismo nombre de Víctor Balaguer. Adaptado por: José Luis García.
http://obrasdeteatrocortas.com.mx/la-manta-obra-de-teatro/

Personajes: Marido, Esposa, Abuelo e Hijo.
(Comienza la escena con una casa en un extremo y en el otro una farola. Se trata de una calle cualquiera, de un pueblo cualquiera). (Entran el Marido y la Esposa).
Marido: Mi padre lleva viviendo con nosotros 14 años. Ya no lo soporto más.
Esposa: Pero es tu padre…
Marido: Él eligió ser padre y cuidó de mí 25 años. Yo no elegí ser hijo y ya llevo 14 cuidando de él. Es insoportable.
Esposa: No debes olvidar que es tu padre. No puedes echarlo a la calle…
Marido: Pues lo tengo decidido. O él o yo.
(Entran ambos en la casa). (El Abuelo y el Marido salen de la casa. Primero el Abuelo, que camina renqueante y luego el otro).
Marido: Padre, sal ya de mi casa. Te he mantenido por más de 12 años. Vete a donde quieras.
Abuelo: Hijo, no me eches. Soy viejo y estoy enfermo.
Marido: El tiempo ya pasó, padre. Vete y no vuelvas.
Abuelo: Dame al menos una manta para abrigarme. Si no, moriré de frío.
Marido: Accedo a eso, para que veas que buen corazón tengo. ¡Hijo, ven aquí!
Hijo: (Solo su voz a lo lejos sin aparecer en escena). ¡Espera que estoy ocupado!
Marido: ¡Qué salgas de una vez te digo!
(Sale el Hijo).
Hijo: Tranquilo. Haberme dicho antes que estabas enfadado…
Marido: Ve al armario y coge una manta y se la das al abuelo.
Hijo: ¿Y para qué?
Abuelo: Tu padre me echa de casa.
Hijo: Espera, abuelo; voy a por la media manta.
(Entra el Hijo en la casa).
(Sale el Hijo de la casa).
Hijo: Aquí tienes la media manta. Ve y aléjate por lo menos, hasta donde la farola.
Abuelo: No te entiendo.
Hijo: Confía en mi abuelo, ve…
(El Abuelo, sin entender nada, se aleja del muchacho en dirección a la farola).
Hijo: ¡Papá, ven, para que veas que buen hijo soy!
(El Marido sale de la casa).
Marido: ¿Qué quieres?
Hijo: Que ya le he dado al abuelo la media manta.
Marido: ¿Qué has hecho?, ve a dónde está y dale también la otra mitad.
Hijo: La otra mitad la guardo para cuando tú seas tan viejo como el abuelo y te eche también de mi casa.
Marido: ¿Qué dices?
Hijo: Que me has enseñado la lección. Cuando seas viejo, te marcharás de mi casa para que no me molestes.
(Y sin decir nada más, el Hijo entra en la casa).
(El Abuelo al ver que su nieto entra en la casa, se separa de la farola y comienza a alejarse aún más de la casa).
Marido: (Para si mismo).
¿Qué he hecho?
(El Abuelo está a punto de salir de la escena).
Marido: Padre, espere, no se vaya.
(Se acerca al trote hasta el Abuelo).
Marido: Tiene que perdonarme, padre; no sé qué es lo que me ha pasado. Por favor, vuelva usted a casa.
Abuelo: ¿Estás seguro?
Marido: No he estado tan seguro de algo en toda mi vida. Vamos a casa, que le prepararé una buena sopa para cenar.
(Los dos se acercan hasta la casa y al llegar el Marido entra en la casa).
Marido: Voy a hacerle una sopa estupenda.
(Y entran ambos en la casa).


Obra de teatro: 
De Azucena la cena
Autora: Adela Basch
http://obrasdeteatrocortas.com.mx/category/obra-de-teatro-corta/
Personajes: Azucena, Mozo.

Escenario: Restaurant elegante.

(Inicia la escena en un restaurant elegante. Entra Azucena, una mujer muy bien vestida y se sienta a la mesa. El mozo se acerca, ella se levanta, lo toma del brazo y lo conduce hacia su mesa).
Azucena: (Habla rápido.)
Buenas noches, señor. Por favor, ¿me podría atender enseguida? Estoy apurada.
Mozo: ¿Qué dice, si la podría tender? ¿Dónde quiere que la tienda?
Azucena: Disculpe, dije si me podría atender.
Mozo: Sí, ya escuché, me preguntó si la podría tender. Esto es un restorán, no es un lugar para que la gente se tienda. Si se quiere tender vaya a tenderse a un sillón, a un sofá o a una plaza.
Azucena: ¿A una plaza? ¿Para qué?
Mozo: Para tenderse en un banco, si quiere.
Azucena: Yo a los bancos voy a pagar las cuentas, no a atenderme. Para atenderme voy a…
Mozo: (La Interrumpe)
Claro, para tenderse viene al restorán. Pero aquí la gente no viene a tenderse, viene a comer. Si quiere tenderse vaya a otro lado.
Azucena: Señor, usted no me entiende, yo no quiero tenderme.
Mozo: Señora, usted me preguntó si yo la podría tender. Y yo a los clientes no los tiendo.
Azucena: Yo no sé si los tiende, pero ¡me parece que no los entiende!
Mozo: (Irritado) ¡Claro que los entiendo! Pero no los tiendo. Lo único que a veces tiendo es la ropa: camisas, medias, pan…
Azucena: (Lo interrumpe) ¡Pan! Justamente, podría ir trayendo pan, por lo menos.
Mozo: Señora, yo me refería a pantalones.
Azucena: ¿Pantalones? ¿Para qué quiero que me traiga pantalones? Si quisiera pantalones no vendría a un restorán, iría a una tienda de ropa. Si vengo acá, es para comer.
Mozo: ¿Y por qué no come en lugar de hablar tanto?
Azucena Cómo quiere que coma si usted no me trae nada, ni siquiera me muestra las entradas?
Mozo: Señora, usted de entrada tomó las cosas mal.
Azucena: ¿Qué voy a tomar mal si no me trajo nada para tomar? Ni agua me trajo…
Mozo: Si usted me pide que la tienda yo no sé qué traerle.
Azucena: Señor, por favor, entienda: no le pido que me tienda, ¡sino que me atienda!
Mozo: ¿Y por qué no empezó por ahí? Si usted no es clara yo no la puedo atender.
Azucena: ¡Señor, sepa que yo no soy Clara! Nunca fui Clara ni lo voy a ser. A mí me llamaron siempre Azucena.
Mozo: ¿A mi cena? ¿Quién la llamó a mi cena?
Azucena: ¿A su cena? Nadie me llamó a su cena.
Mozo: Pero, ¿en qué quedamos? ¿No acaba de decir que siempre la llamaron Azucena?
Azucena: ¿Y a la cena de quién quiere que me llamen? Señor, ¿por qué no la termina con esta escena y se ocupa de mi cena?
Mozo: Señora, no la entiendo. Usted dijo que la llamaron a mi cena, y acá la que viene a cenar es usted, no yo. Yo estoy trabajando de Mozo.
Azucena: Sí, de Mozo… demos o… demos o… otra oportunidad a esta situación. Mire, ¿por qué no me trae algo para comer?
Mozo: Cómo no. ¿Le gustaría como entrada probar unos tomates rellenos?
Azucena: Podría ser. ¿Están buenos?
Mozo: Claro, son tomates de quinta.
Azucena: ¡Tomates de quinta! ¡Lo único que faltaba! ¡Y lo dice tan campante! Señor, sepa que si vengo a un restorán es para que me sirvan comida de primera, no de quinta.
Mozo: Pero, señora, justamente, son tomates de quinta, excelentes…
Azucena: (Se levanta y ce acerca a la puerta)
¡Quédese con su entrada, que yo prefiero la salida! ¡Mal educado! ¡Vaya a ofrecer sus tomates a otro lado!
(Telón)

-Atención! Escribe una obra de teatro con dos o tres personajes. Arma un grupo de trabajo. Analicen las obras de cada uno y seleccionen una para representarla.
         

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